Salir y andar bajo una noche, saberse engañado.
Que la noche sea afable y que ilusamente caviles con tintes de esperanza, mientras te llevas, como bailando.
Sentir el aliento de la noche hasta extasiarse y desear ser más...
Sonreir sin tener motivos.
Volver a ella, y desdoblar el peso muerto para sentir la ligereza de la brisa, bruma densa que se arrastra como dientes sobre el pavimento, vaho que emana del aliento por un alma en llamas y flojisto por nacer...
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